El Agua: Cambio de paradigmas, parte 3.
La crisis del agua no es un fenómeno futuro; es una realidad presente que exige un cambio radical en nuestra forma de pensar y actuar. En la Ciudad de México, una de las mega urbes más grandes del mundo, la necesidad de revaluar nuestro uso del agua es más urgente que nunca. La pregunta que debemos hacernos es clara: ¿vamos por el camino correcto o es necesario revirar y adoptar un nuevo paradigma en el uso del agua?
Mucho se habla de la sustentabilidad y del uso racional del agua, pero el verdadero desafío radica en proponer y llevar a cabo un plan viable y racional para el uso y re uso del agua potable, agua de lluvia y aguas grises. Aquí te presentamos una serie de propuestas encaminadas a resolver la escasez y la falta de agua en las ciudades, con especial énfasis en la Ciudad de México, mismas que recomendamos implementar en la medida de lo posible de tus próximos proyectos.
1
Reducción del gasto innecesario, mediante la implementación de políticas y tecnologías que minimicen el consumo de agua en actividades cotidianas, para ello se recomienda el uso de nuevos sistemas de ahorro que optimicen el uso del agua en hogares, empresas, etc. Lo anterior lo podemos conseguir mediante productos de grado ecológicos que promueven el uso de dispositivos que reduzcan el consumo de agua, como grifos y duchas de bajo flujo o baños secos.
2
Educación ambiental, para fomentar una cultura de conservación del agua a través de campañas de concienciación y programas educativos, incluyendo el uso racional del agua, con la intención de informar a la población sobre prácticas eficientes y responsables en su uso.
3
Reutilización del agua, para ello es necesario establecer sistemas para el reciclaje de aguas grises en aplicaciones no potables, como el riego de jardines.
4
Inversión pública y privada en la captación de agua pluvial, para contribuir en el fomento de proyectos de recolección y almacenamiento de agua de lluvia. Así mismo, considerar financiamientos a vivienda para el cambio e instalación de equipos y muebles que ahorren agua. Lo cual incluye una reinversión en los sistemas de suministro deteriorados con la intención de mejorar la infraestructura hídrica existente, que incluya el mantenimiento a las redes y tuberías de agua viejas o rotas. Sin olvidarnos de la inversión entecnologías de producción de agua, como las desalinizadoras y la captación de humedad.
5
Separación del agua gris, lluvia y/o negra dentro de las construcciones, mediante la implementación de sistemas de separación de aguas en nuevas construcciones y remodelaciones.
6
Ofrecer beneficios fiscales a empresas y particulares que implementen medidas de ahorro de agua, de tal manera que se evalúen y mejoren las prácticas industriales relacionadas con el uso del agua. En este sentido también es importante considerar propuestas de inversión privada en centros de abastecimiento que ayuden a mejorar la distribución.
7
Inspección y vigilancia continua de fugas en los interiores de las construcciones, edificios y casas, que incluya un monitoreo efectivo y sanciones para quienes desperdicien el agua en actividades externas. En este contexto también sería ideal asegurar que los terrenos mantengan áreas permeables para favorecer la infiltración de agua, así como nodos de absorción en las calles, pues este sistema contribuiría a la recuperación y captación del agua de lluvia para recargar los mantos freáticos.
8
Control del abastecimiento a nuevos desarrollos, a través de la exigencia de que estos sean autosuficientes en términos de agua. Esto incluso permitiría abrir un diálogo con expertos y sectores involucrados para enriquecer y mejorar las políticas de gestión del agua.
9
Propuesta de riego por goteo en el campo, para optimizar el uso del agua.
Adoptar estas medidas no solo contribuirá a mitigar la crisis del agua, sino que también establecerá un nuevo estándar de sostenibilidad y responsabilidad en la gestión de este recurso vital. La Ciudad de México tiene la oportunidad de liderar este cambio de paradigma, demostrando que es posible transformar una crisis en una oportunidad para un futuro más sustentable.