Entrevista con Bernardo Gómez Pimienta
Para esta edición, tuvimos el privilegio de entrevistar en exclusiva al Doctor Bernardo Gómez Pimienta, reconocido a nivel internacional como uno de los arquitectos más destacados, cuya extensa trayectoria se evidencia no solo en sus obras, sino también en los más de 120 premios y distinciones que ha recibido. Entre sus proyectos más emblemáticos se encuentran.
Su influencia se extiende a través de múltiples proyectos residenciales, edificios culturales, industriales y parques, así como en el diseño urbano, dejando huella en México, Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y Asia.
Comenzamos nuestra entrevista indagando sobre el enfoque principal de Bernardo Gómez Pimienta al abordar proyectos de urbanismo a lo largo de su carrera. Él compartió con nosotros que, desde su perspectiva, abordar proyectos tanto de urbanismo como de arquitectura es esencialmente lo mismo, ya que lo fundamental son los usuarios finales, aquellos que serán ellos quienes utilizarán los edificios o espacios urbanos resultantes. Señaló que,
“lo que hacemos los arquitectos al final es un servicio y el servicio es CÓMO MEJORAR LA MANERA EN CÓMO LA GENTE VIVE entonces al final el usuario es lo importante, lo primordial.”
Bernardo enfatiza la importancia de integrar el concepto de arquitectura universal en todos los edificios y proyectos urbanos, garantizando la accesibilidad para todos los usuarios, donde alguna capacidad física diferente, el uso de bastones, sillas de ruedas o carriolas no sea una limitante que les impida el tránsito. Destacó, a modo de ejemplo, su trabajo en la remodelación de la Avenida Masaryk, donde se eliminaron los escalones a lo largo de más de tres kilómetros. Recordó que esta vía solía tenerlos por todos los lados por lo que uno de los aspectos a abordar fue perderlos, reducirlos o eliminarnos, para asegurar así la accesibilidad universal.
Otro ejemplo que destacó Bernardo en relación con la aplicación de la arquitectura universal fue su trabajo en el proyecto de la Ciudad de los Libros. Se encontró con un desafío significativo en el edificio del siglo XVIII, que presentaba un desnivel de 70 centímetros de una esquina a otra debido a los 200 años de uso y los hundimientos diferenciales que habían ocurrido. Donde antes de su intervención, la accesibilidad era un problema evidente: “Le habían salido escaleras y rampas, de estas rampas que no son para discapacitados, son rampas para discapacitarse, o sea de esas rampas que están chuecas y si pisas mal te vas a romper el tobillo”, nos mencionó, que en este sentido su labor consistió en eliminar estas barreras y crear una topografía más fluida, que permitiera a todas las personas moverse sin obstáculos. Enfatizó la importancia de este enfoque, especialmente en proyectos urbanos, donde
Bernardo, también nos enfatizó la gran responsabilidad que recae sobre la arquitectura y la construcción en términos de sostenibilidad y reducción de la contaminación ambiental. Remarcó que, al embarcarse en un proyecto de nueva edificación, es probable que se deba realizar un proceso de demolición inicial que no resulta sostenible, además de utilizar materiales que pueden no ser especialmente amigables con el medio ambiente. No obstante, resaltó que existen oportunidades para mitigar este impacto, como la implementación de sistemas de iluminación más eficientes energéticamente o la incorporación de tecnologías para el tratamiento y aprovechamiento del agua pluvial. Mencionó: “Entonces, sí hay muchísimas cosas que podemos hacer, también hay materiales más sustentables unos que otros”. Reconoció que, aunque en ciertos casos sea inevitable el uso de materiales contaminantes como el concreto y el acero, existen alternativas como la trituración del concreto para utilizarlo como agregado en nuevas construcciones. Concluyó destacando la importancia de priorizar materiales sostenibles siempre que sea posible dentro de cada proyecto.
Al preguntarle sobre los desafíos más significativos que ha enfrentado a lo largo de su carrera, Bernardo nos llevó nuevamente la remodelación de la Avenida Masaryk. Donde nos comentó que uno de los aportes que habría querido ejecutar, era separar las tuberías para recuperar y reutilizar de manera eficiente el agua pluvial, distinguiéndola de las aguas grises o negras. Sin embargo, se encontraron con una limitación inherente a la infraestructura de la ciudad y lo recuerda de esta manera: “una de las cosas que intentamos hacer que no se acabó logrando fue separar toda la tubería para lograr recuperar toda el agua pluvial y llevarla separada de las aguas grises o negras, para poderla reutilizar de mejor manera, pero el problema es que las tuberías en la ciudad sólo son una, nada más existe el drenaje, entonces aunque tu hicieras en tres kilómetros dos drenajes paralelos, llegas a los tres kilómetros y los tienes que volver a juntar en un solo tubo”. Lo que evidencia la complejidad de implementar soluciones sostenibles en entornos urbanos consolidados.
En este contexto, Bernardo destacó la urgencia de abordar el grave problema de la escasez de agua, proponiendo la reutilización y captación de aguas pluviales como una solución fundamental. Compartió su perspectiva al respecto, enfatizando que este enfoque no puede limitarse a acciones aisladas, sino que requiere intervenciones a gran escala a nivel gubernamental: “Tenemos que reutilizar el agua pluvial, que se puede tratar de manera bastante sencilla, pero no es problema de hacerlo de calle por calle, tenemos que hacer zonas completas”. Subrayó que esta no es una responsabilidad exclusiva que recaiga sólo en manos de arquitectos o constructores, sino que su implementación, debe ser abordada de manera simultánea por el gobierno en amplias áreas urbanas para garantizar su efectividad. Además, resaltó la necesidad de mantener los sistemas de agua para prevenir desperdicios significativos, como las fugas que pueden representar hasta el 40% del suministro de agua potable. Invitó a asumir un compromiso ciudadano en la gestión responsable del agua, así como a invertir considerablemente en infraestructuras que permitan un mejor aprovechamiento de este recurso vital.
Fue imprescindible en este sentido, preguntarle a Bernardo su opinión sobre la densificación urbana, tema de vital importancia en el desarrollo de las ciudades. Quién expresó claramente su postura al respecto: “la densificación es obligatoria, en lugar de que la ciudad siga creciendo hacia el perímetro y que se siga destruyendo terreno, tenemos que aumentar la densificación… lo importante es que la ciudad no se siga desarrollando hacia la periferia, sino que se densifique y que sea muchísimo más alta”.
Destacó la importancia de evitar la expansión horizontal de la ciudad y enfocarse en incrementar su densidad vertical. Reflexionó sobre el entorno urbano actual, describiéndolo como “extremadamente chaparro”, y sugirió que, considerando ciertas excepciones como edificios históricos o condiciones del suelo, se deberían aprovechar los recursos disponibles, mejorarlos e invertir en infraestructura para lograr una densificación adecuada y sostenible.
Por lo anterior, Bernardo propone una transformación en los usos de suelo, abogando por la diversificación: “tenemos que hacer que los usos de suelo sean múltiples, donde tengas comercio en planta baja, oficinas en los siguientes niveles, vivienda en la parte superior, para que la gente no tenga que tomar el coche y no tenga que trasladarse durante una hora a una escuela, una tienda o un entretenimiento”. Destacó la situación actual en la Ciudad de México, donde diariamente entre 5 y 6 millones de personas se trasladan para trabajar, enfrentando viajes de hasta tres horas en el mejor de los casos. Advierte que, de no implementarse cambios, los problemas de movilidad persistirán.
En este sentido, Bernardo enfatizó los enormes desafíos que enfrenta una ciudad con una población de 22 millones de habitantes. Señaló que entre las prioridades más apremiantes se encuentran la gestión del agua, ante la sequía persistente y la contaminación aún no resuelta. También mencionó los desafíos asociados con la movilidad, los sismos, la extracción de agua de pozos profundos y sus impactos, así como la inseguridad. Reconoció que, a pesar de estos retos, la energía y vitalidad de la Ciudad de México hacen que valga la pena vivir en ella. Subrayó la importancia de abordar estos desafíos y la capacidad de las ciudades para superar obstáculos y evolucionar con la participación de todos sus habitantes. Por ello, le preguntamos a Bernardo cuál era su recomendación para aquellas ciudades emergentes que buscan mejorar su infraestructura urbana y calidad de vida de sus habitantes. Nos compartió que, sin lugar a dudas, invertir en infraestructura es fundamental, incluyendo el tratamiento de aguas, drenaje, suministro de agua potable y el mantenimiento de los servicios hídricos para prevenir fugas. Destacó que estas obras de infraestructura, aunque a menudo pasen desapercibidas o resulten difíciles de inaugurar debido a la naturaleza de los ciclos políticos, son de suma importancia para el desarrollo sostenible de las ciudades. En sus palabras, “el hacer una inversión gigante en una infraestructura que no van a poder inaugurar, resulta en muchos casos algo muy difícil para ellos y son temas que la ciudad requiere, porque tenemos un tema de abandono de la infraestructura que lleva décadas”.
Evidentemente, no pudimos dejar de preguntar su opinión respecto de las Smart Cities, Bernardo compartió que estas ciudades inteligentes ofrecen un funcionamiento y gestión más eficientes, especialmente en áreas como la gestión de residuos y el transporte. Sin embargo, reconoció que su implementación requiere una inversión considerable y que las ciudades más grandes, como la Ciudad de México con sus 22 millones de habitantes, enfrentan desafíos adicionales y están rezagadas en este aspecto. Afirmó que, si se hubiera visualizado antes el potencial de las Smart Cities, la situación actual sería diferente, pero, aun así, auguró que las ciudades están encaminándose hacia ese modelo, aunque con cierto retraso.
Bernardo nos compartió cómo a lo largo de los años, el desarrollo de proyectos se ha convertido en un trabajo colaborativo. Destacó que la planificación urbana ya no puede depender únicamente de arquitectos o urbanistas, sino que requiere la colaboración de diversas especialidades para garantizar el éxito de los proyectos. Subrayó la importancia de la participación cívica y la consideración de las opiniones de la comunidad en la medida de lo posible.
Uno de los proyectos que Bernardo recuerda con orgullo es la remodelación de la Avenida Masaryk. Describió este proyecto como intensamente colaborativo, con más de 800 reuniones con los vecinos. Destacó que esta transformación ha sido significativa y tangible, afirmando que se trata de: “una transformación muy importante, que se nota, entonces es un proyecto que a pesar de la cantidad de horas que tomó… en lo general me parece que funciona y que funciona de manera adecuada y ojalá eso sea un buen ejemplo para que sucedan remodelaciones en muchísimos otros lugares de la ciudad, no solamente en Masaryk”.
Finalmente, le pedimos que nos diera una recomendación para los estudiantes de las carreras de la industria de la construcción. Su respuesta fue contundente: “mi recomendación para los estudiantes es viajar, recorrer diferentes ciudades, conocer diferentes culturas, para poder tener eso en el disco duro y poder utilizar toda esa información en los siguientes proyectos, entonces viajar me parece fundamental, (tanto) a ciudades buenas y malas para poder conocer buenos ejemplos y malos ejemplos, SI UNO PUEDE VIAJAR ES LO MEJOR QUE UNO PUEDE HACER PARA INVERTIR SU TIEMPO.
Concluyó enfatizando la importancia del aprendizaje experiencial y la exposición a diversas realidades urbanas y culturales.
Esperamos que hayas disfrutado tanto como nosotros esta entrevista y que, por supuesto te haya aportado algo de valor, pues esta fue una oportunidad única de escuchar la perspectiva de uno de los arquitectos más reconocidos a nivel nacional e internacional, el Dr. Bernardo Gómez Pimienta.